miércoles, 15 de junio de 2011

LDS suman un nuevo título a la colección!

Hubiera querido traspasar tu cuerpo,
hasta diluirme en tu sangre somnolienta,
y conocerme al revés,y salirmey verme al verte.
Hubiera querido masticar la noche
y tragarla muy despaciohasta vomitarla
y detenerla.
Hubiera querido que tus pies helados
se quedaran atracados en la cama
y yo atracarme en tu cuerpo cálido
y hacernos esclavos infinitos de las ganas.
Hubiera querido muchas cosasalargar la distancia de mi cuerpo
abarcarme y abarcarte más...
Entrar, ser vos, salir, dejar de serlo.
Apretarte, apretarme.
Estar siempre mojada de tus hijos,
llenarme las manos con tu pelo,
recorrer con mi lengua las raíces de tus cosas,
todo muy rápido, ¡todo al mismo tiempo...!
... pero el tiempo se viene
y hay que caminarlo para hacerlo.
Porque desde allá,
desde donde el carajo está siendo razonado,
y el fusil ya se abre paso entre los dedos
porque el hambre ya se transformó en bostezo largo
y el sueño, como el pan, en un misterio.
Se oye un grito gritando para todos.
El que no quiera escuchar, se irá muriendo…
Hubiera querido tantas cosas, dije,
y no me alcanzó el tiempo.


Poema escrito dentro de la cárcel de Rawson, después de la Masacre de Trelew, pensando que su compañero Alberto Miguel Camps había muerto.


Rosa María Pargas nació el 10 de agosto de 1949 en Gualeguaychú, Entre Ríos. A los 20años viaja a La Plata para iniciar su carrera de Sociología que más tarde continúa en Capital Federal, donde comienza a participar activamente en diversas agrupaciones políticas. En 1972 es detenida en Flores y trasladada al penal de Villa Devoto y más tarde al penal de Rawson. Allí conoce a su compañero Alberto Miguel Camps, uno de los sobrevivientes de la Masacre de Trelew. Trasladada nuevamente a Devoto es liberada gracias a la amnistía del gobierno de Cámpora. En 1974, se exilia junto a su pareja a Perú, México e Italia. Al poco tiempo regresan al país clandestinamente y continúan su militancia dentro de la organización Montoneros. El 16 de agosto de 1977, Alberto es asesinado en un operativo parapolicial y Rosa maría secuestrada. Al día de hoy permanece desaparecida, siendo vista por última vez, en el CCD “El Vesubio”.