viernes, 29 de noviembre de 2013

RESEÑA SOBRE LA ESCENA DEL CRIMEN

MANIFIESTO JULIÁN AXAT A LOS ARTISTAS DE LA PLATA "POS INUNDACIÓN"

Ver aquí: http://issuu.com/sintoma/docs/res_18

jueves, 21 de noviembre de 2013

LA LEY NATURAL DE LOS POETAS

Los poetas que ayer estaban
en la resistencia pasan
a poetas de la ofensiva y son
Los nuevos poetas oficiales
y el margen de la poesía es
la resistencia que se paga
con critica ostracismo y olvido
Los poetas de mañana serán ...
poetas oficiales o caídos en desgracia
los siempre suicidados borrachos
con un tiro en la nuca pues a esta altura
la poesía la poesía no le importa a nadie

Julián Axat

martes, 19 de noviembre de 2013

POEMAS DE JULIÁN AXAT - Oct.-Nov. 2013

LA GUERRA DE LOS NOMBRES O NOMBRE DE GUERRA

Juan
Felipe
Simón

nombres de guerra de Rodolfo
para hacer la revolución

nombre: ...
Julián

Para ser solidario nomás



ARTE JURÍDICA

Toda defensa es
la continuidad de ciertos versos
por otros medios



IMPOSIBILIDADES

Ningún canalla
Puede escribir un verso
Que ponga la piel de gallina al pueblo
Ningún canalla puede
Tocarse la punta de la nariz
Mientras con la otra
Se saca el brazo



SOÑADOR DE ABSOLUTO

obstinado obsecado
necio enceguecido emperrado obsesionado
discorayado inmolado empecinado
soñadores de absoluto que se arrojan
a sí mismos como bomba cargada de flores
contra el muro de la desesperanza



LA SELVAJIZACIÓN DE LA POLÍTICA

Entregar el barro para que Pasteur haga oro
Y la dentadura podrida brille completa en todos los carteles
Y la diferencia entre las sonrisas diga
yo, tu, ellos, nosotros, ayer, presente,
seguro, inseguro, mañana, castigo, vos, yo y el otro,
Entregar el oro para después tener que volver al barro

sábado, 19 de octubre de 2013

MI TEORÍA DE LAS FICCIONES

                                                                                       a Enrique Marí



El derecho suele ser literatura

La literatura no es derecho

La derecha es ensayística

La izquierda ficción

La policía dicta talleres literarios para armar causas

Los jueces suelen ser pésimos poetas

Los poetas son excelentes jueces

El derecho suele matar

la literatura sanar

La norma suele ser un verso

Los versos son las normas

Whitman era mejor jurista que Kelsen

Carl Schmitt mejor poeta pero un Nazi jurista

La literatura a la larga te enferma

el derecho te convierte en burócrata

el Código Civil es la Eneida traducida por Vélez Sarfied

El derecho suele ser mala literatura

De lo que el derecho no puede decir

Lo dice un poema



Julián Axat

martes, 15 de octubre de 2013

EL RECUERDO DE “YETROX”


EL RECUERDO DE “YETROX”, GUSTAVO CABARROU

Por Julián Axat

Recuerdo que fue en 2006. Buscaba a Silo, o lo que quedaba de la leyenda de Mario Rodríguez Cobos, por entonces todavía vivo en Chacras de Coria, Mendoza. Necesitaba hablar con alguien que me preparara para el encuentro con el viejo Gurú a quien mi padre en su tardía adolescencia había idolatrado, al punto de recorrer punta de Vacas a pié, intentar subir la Aconcagua, el Chañie, y acampar en el valle de Yala. Gustavo Cabarrou me atendió en su casa del Camino General Belgrano, “Gonnet”, vivía al fondo del hogar materno, acobachado en una suerte de quincho fuera del tiempo, cargado de papeles y libros del pasado; enseguida me pidió que lo llamara como lo llamaban los viejos Siloístas, por su epónimo Galo: “Yetrox”.

Llegué a “Yetrox” por Ricardo “Tite” Elicabe; uno de los mejores amigos de mi padre. Ex jugador de LPRC, estudiante de Bioquímica devenido exitoso empresario farmacéutico, viejo militante también, ex Siloista. Tite y Gustavo eran cuñados. Pero si el Siloismo alguna vez los había juntado; el tiempo, el exilio y las rencillas de familia los había enfrentado. Para el caso, el recuerdo de Rodolfo “Fel” Axat era un punto breve de concordia para ambos, y yo estaba como mensajero de esa brevedad.

Mis encuentros en el quincho de camino General Belgrano consistieron en largas conversaciones sobre el mensaje de Silo, mientras Gustavo “Yetrox jaspeaba en un largo tic pulmonar, y un viejo perro ovejero alemán no se movía de sus pies. Entre mate y mate hablábamos sobre el trabajo espiritual en los 70, de la cabaña de Yala Jujuy; de la ascensión al Volcán Chañie, del alucinado proyecto “Lemuria”. Gustavo hizo un análisis de “El Monte Análogo” de René Daumal. Vimos fotos y escuché anécdotas sobre el trabajo de Kronos en La Plata para fines de 60; mucho antes de que la Triple A matara a dos compañeros Siloistas en 7 y 39. Poco después Yetrox cayó preso, y en 1975 se le dio la opción de exilio. Eligió Francia. Se volvió a casar, vivió en lugares donde su obsesión era llevar el mensaje de Silo. Volvió a la Argentina a fines de los 80. Me contó de su hija Antares, una niña de 15 años con quien prácticamente no tenía contacto pero que vivía en La Plata. El resto era el Partido Humanista, su intento fallido de ser concejal; su vida monástica y solitaria en la casa de Gonnet.

Tiempo después “Yetrox” me llamó varias veces; algunas para pedirme prestado dinero, otras para que le recomendara abogados. Cuando le avisé que viajaba a Mendoza a entrevistar a Silo, me pidió que le llevara una obra de teatro de su autoría, me dijo “Mario va a saber muy bien quién se lo manda y de qué trata”. Así lo hice y el propio Silo me recordaría que “Yetrox” (nunca usó su nombre verdadero) era un militante de la causa como pocos.

Cuando volví de Mendoza lo perdí de vista por varios meses, quería contarle cómo me había ido. Intercambiamos algunos mails, me envió pequeños textos que escribía: reescrituras siloistas, fragmentos de pensamientos “alados” (así decía), algunos con algo de destello literario. Un día recibí un llamado de Uspallata, era Yetrox que se había alquilado una cabaña “al fin, al pié de la Aconcagua y cerca de Silo” me dijo emocionado; y sentí que el tic de jaspear era como que se le había ido a la par del sueño de su vida. Recuerdo que esa vez hablamos bastante, me contó que se había comprado una camioneta 4x4 y que probaba como chofer para turistas extranjeros “de preferencia franceses y Siloistas”.

Una tarde de 2008 me llamó por teléfono, y me dijo que estaba internado acá mismo, en IPENSA, por una intervención cardiovascular nada grave. Me pidió que lo vaya a ver, que quería hablar conmigo de algo importante. Lo encontré en una cama de tercer piso sonriente departiendo con otro “humanista” a quien me presentó. Me dijo que se había vuelto de urgencia con la camioneta 4x4, y que le habían echo un cateterismo por la presión y que las alturas lo tenían a mal traer. Pero que en un par de días le daban el alta y se iba para Uspallata a seguir con la vida de Siloista, “la que le hubiera gustado a tu viejo” y se reía como un nene desde la cama, repleto de cables.

Esa fue la última vez que ví a “Yetrox”. A los pocos días leí la noticia de su fallecimiento en el diario “El Dia”. Un temblor me sacudió. Entonces me dí cuenta que el llamado había sido su despedida, “el tramite” como escribió poco antes de morir.

Dejo aquí algunos textos que conservo de Yetrox: click aquí



miércoles, 9 de octubre de 2013

Los nuevos

(reescritura de un poema Paul Celan)

Lanza el manto de disimulo lejos
El yelmo de acero
Pues los nacidos en la noche
criados en guarderías del día
sin tabaco ron o bestia negra
celebran a los salvados
a los caídos hundidos tan perdidos
la emergencia de un pueblo que odia
la mirada de su espejo y así espera
la llegada de

J. Axat

KAMCHATKA

                                    A Mariano Pacheco



La primera generación susurró al oído de la siguiente un mensaje

entonces la nueva llevó a cabo una revolución



La tercer generación recibió un mensaje de la anterior

pero hizo de los restos de la revolución una cruel burocracia



La cuarta generación recibió el mensaje de rigor

pero terminó guillotinando a la anterior burocracia



La quinta generación solo obtuvo silencio de la anterior

por eso quedó perdida buscando los restos más luminosos de la primera



Miembros de sexta generación recibieron un resto hallado por la anterior

entonces pintaron remeras con consignas derivadas del resto



La generación que siguió fue encerrada en una torre por la anterior

que la obligó a escribir la historia de todas las generaciones anteriores

para poder ser libre



Solo le pidió una cosa: “en la Historia, no podrás usar la palabra generación”


Julián Axat

HAMLET HUBIERAS

 a Jorge Money, in memoriam


 ¿Y vos qué hubieras hecho padre de no haber desaparecido?

¿Hubieras criado a tus hijos o los habrías llevado contigo para otro sueño?

¿Hubieras cobrado una pensión por ex guerrillero o un sueldo de burócrata?

¿Hubieras abierto una unidad básica o te hubieras pasado de bando y leerías La Nación?

¿Te hubieras guardado a llorar dentro de tu casa sin salir? ¿Cuántos cuadros hubieras querido bajar de las paredes infames de la Historia? ¿Hubieras devenido empresario o espurio financista? ¿Pagarías tus impuestos? ¿Escribirías tus memorias? ¿Hubieras vendido cámaras de seguridad para municipios? ¿Pedirías mano dura para los delincuentes? ¿Llenarías las calles de policías? ¿O hubieras sido echado de alguna empresa indemnizado si acaso hubieras?

¿Y si más tarde hubieras muerto por otra causa dado por enfermo, entonces el “hubieras” sería ridículo? ¿Hubieras proyectado tu espíritu joven sobre el de tu hijo o el de tus nietos? ¿Hubieras sido mejor padre que yo? ¿Hubiera sido yo quien soy o sería otro incalculable? ¿Qué hubieras hecho me pregunto mientras la sombra de mi propia neurosis se desvanece?


Julián Axat

viernes, 4 de octubre de 2013

COMENTARIO SOBRE "MUSULMAN O BIOPOÉTICA"



Por Belén Ianuzzi

"Ocultos en el Lenguaje"

En los poemas de "Musulmán o biopoética", el nuevo libro del defensor oficial de menores Julián Axat, las palabras aparecen entrecortadas, mutiladas, fragmentadas, separadas. La línea que divide la poesía de la justicia poética es difusa cuando se trata de ponerles voz a quienes el lenguaje expulsó.

LEER NOTA COMPLETA

domingo, 29 de septiembre de 2013

El día que fusilaron a Dios



En 1918 Dios fue sometido a juicio

Por sus crímenes contra la humanidad

En el banquillo de los acusados se colocó una Biblia

Los fiscales presentaron numerosas pruebas de culpabilidad

Basadas en testimonios históricos sobre la crueldad de Dios

La defensa pidió la absolución por demencia evidente y

Por desarreglos psíquicos irreversibles

El tribunal encontró culpable a Dios de todos los cargos

Y lo condenó a muerte

En el amanecer del 17 de Enero de 1918

Un pelotón de fusilamiento disparó cinco ráfagas de ametralladora

contra el cielo de Moscú y cumplió la sentencia

Tiempos después Lunarchaski, el comisario cultural de la revolución, dijo:

“Dios no existe. Lo fusilamos nosotros allá por 1918”


J. Axat (reescritura de un texto de Juan Forn, en “El hombre que fue Viernes”)

lunes, 16 de septiembre de 2013

2 Poemas de Septiembre

Por Julián Axat


VARIANDO E. E. CUMMINGS


La vejez levanta carteles que dicen “fuera de aquí”

 y

 La juventud los derriba



La vejez grita: “propiedad privada”

 y

 La juventud ríe de la vejez



La vejez reprende: “prohibido, alto, abstenerse, NO!”

 y

 La juventud continúa obligadamente envejeciendo.



vejezjuvetudvejezjventudvejezjuventudvejezjuventud



La juventud levanta carteles “fuera de aquí”

 y

 La vejez los derriba



La juventud grita “propiedad privada”

 y

La vejez se ríe de la juventud



La juventud reprende: prohibido, alto, abstenerse, No!”

y

La vejez continúa rejuveneciendo




SAIN – TOUT o SAINT JUST?



La palabra juventud obsesiva


o


La juventud obsesiva palabra


o


La obsesiva palabra juventud


o


palabra juventud obsesiva La


o


En el caballo de Troya doctorado de Juventud

todas las juventudes sin diploma se afiebran

para salir

lunes, 2 de septiembre de 2013

HOMENAJE A MIGUEL ANGEL BUSTOS - colocación placa puerta de la casa en la que fuera secuestrado en 1977.

Palabras para Miguel Ángel Bustos

Por Alejandro Ricagno



(Texto leído el 31 de agosto de 2013, en ocasión de la colocación de un Baldosa por la Memoria en    la vereda del domicilio de Miguel Ángel Bustos, donde fue secuestrado el  30 de mayo de 1976, en Hortiguera 1529)

En 1977 compré en una librería de Quilmes un ejemplar de Visión de los hijos del Mal,  de Miguel Ángel Bustos, editado en 1967. Puedo decir que lo devoré. Su poesía me golpeó como un cuchillo de luz. No sabia que por entonces Miguel Ángel era arrebatado por los perros asesinos hacia las sombras Por años llevé en mi costado la voz de aquel que “no veía, comía resplandores”
Tiempo más tarde supe de su secuestro y desaparición, de su compromiso militante, en Acto y  Palabra. Y también, comprobé  con los años, con estupor, que incluso en épocas de democracia su palabra también era victima de desaparición, de silencio.
Parece que así sucede cuando el Verbo es un fulgor excesivo, sobre todo en tiempos cuya luz poética es aquella  de la brillantina y los fuegos artificiales.
Pero los fuegos artificiales se apagan pronto, y solo resta entonces lo Verdadero. Para que “todo nos mire sin párpados” como  cantó  Miguel Ángel, “para que se alce dulcísima de pechos salvajes la voz del sueño sin Tiempo".

Y acá estamos Miguel Ángel, están los amigos, los compañeros, está tu hijo Emiliano, que cobijó como padre y madre tu memoria, y tu voz libremente salvaje, el que rabia y rabió. Y están los Guardianes de la Memoria, guardianes sin rejas ni candados, de la memoria tuya y de la de Tantos, sembrando memoria de Futuro.
Y acá estamos Miguel Ángel
Y estaremos Siempre.

Hasta que se sea colmada de JUSTICIA la eternidad.

domingo, 1 de septiembre de 2013

El Juez y el poeta. Por Julián Axat



A 33 años de la quema de libros en la dictadura 


a Gaby Pesclevy


Cuando mis padres desaparecieron, el 12 de abril de 1977 mi abuelo paterno, Carlos Alberto Axat, un moderado abogado civilista, hizo su primer habeas corpus ante el juzgado federal electoral de la Provincia de Buenos Aires. El entonces juez, Teniente Coronel Dr. Héctor Gustavo de la Serna Quevedo, que lo recibió en su despacho, le preguntó qué estudiaba su hijo, a lo que mi abuelo le explicó Filosofía. La respuesta derivó en una arenga entusiasta del magistrado sobre los problemas épicos y filosóficos acerca del trigo y la cizaña. Mi abuelo, desesperado, que solo estaba ahí para pedir por el paradero de su hijo y su nuera, tuvo que soportar que el señor juez terminara con su clase pseudoerudita para implorar una respuesta efectiva. Cuando regresó al juzgado a los pocos días, encontró el rechazo del habeas corpus y las costas al vencido. Yo por entonces tenía pocos meses, la anécdota me la contó cuando ingresé a la facultad de derecho en 1994, en ella estaba contenido el punto de su frustración en el derecho y la justicia para un abogado con 70 años de profesión libre. Con la anécdota me decía: elegí bien, que no te pase lo que a mí. Mi abuelo murió en 1995.

Héctor Gustavo De la Serna Quevedo, nació en 1926 en Catamarca, hijo de un militar de alto rango y primo del “Che” de lado materno; huérfano desde los ocho años, hizo la carrera militar hasta que fue dado de baja por ser parte de la intentona de alzamientos anteriores a 1955. Recibido de abogado a los 40 años, fue designado por Onganía como interventor del Servicio Penitenciario, y más tarde por la dictadura cívico-militar como juez federal electoral de la provincia de Buenos Aires; cargo que ocupó hasta 1983.

De la Serna fue no solo conocido por ser el juez preferido de “Jimy” Smart dando cobertura judicial a secuestros y desapariciones, para luego rechazar habeas corpus y gozar de imponer costas a familiares de esos desaparecidos; sino que fue y sigue siendo conocido por uno de los hechos más graves contra la cultura de este país. A eso de las nueve y media de la mañana, el 7 de diciembre de 1978, los depósitos que el Centro Editor de América Latina en Avellaneda fueron allanados y clausurados bajo la acusación de infringir la ley 20.840. Por entonces, el valiente editor Boris Spivakow junto con su abogado se atrevieron a dirigirse hasta el despacho de De la Serna para evitar el atropello, pero allí atónitos recibieron una filípica sobre “filología de la disgregación social”, fundamento que se materializó en el decomiso del 30 de agosto de 1980, en un terreno baldío de Sarandí, donde un millón y medio de libros ardieron frente a la mirada del propio De la Serna.

La pieza judicial que ordena la quema ha sido rescatada hace pocos meses, gracias al trabajo de archivo del grupo la Grieta, encabezado esta vez por Gabriela Pesclevi. Como diría W. Benjamin, toda una pieza de civilización lo es también barbarie, y que, a su vez, expone la negación-destrucción cultural de la dictadura hacia determinados libros, entre los que figuraban Marx, Lenin, Mao, Sartre, Cortazar, García Márquez, pero especialmente libros infantiles como los de Elsa Bonerman, o María Elena Walsh.  La investigación llevada a cabo por Pesclevi, me llevó a otros lugares interesantes. Si uno lo Googlea “Héctor Gustavo De La Serna”, lo primero que encuentra es el típico homenaje que el diario “El Día” hace a los personajes de su ciudad, en los que nunca se distingue al héroe del villano; de allí que el desapercibido fallecimiento de De La Serna ocurrido el 8/5/2012, tuvo un montaje-recordatorio donde aparece como “poeta, docente y filósofo”, y nada sobre su nefasto rol de juez.

Lo que a mí me despertó curiosidad del recordatorio del diario no fue el lavado de una historia, sino la introducción de la siguiente palabra: “Poeta”. ¿Cómo compatibilizar la quema de libros con la poesía? ¿Cuál es el lugar del juez verdugo y cuál el de la poesía frente al Mal? La poesía y el derecho son dos lugares que me obsesionan, y De la Serna no solo había rechazado el habeas corpus de mis padres, sino que además se decía abogado y poeta. Si la pieza judicial firmada por De la Serna, que ordenaba la quema de un millón y medio de libros, se trata de una pieza arqueológica que refleja todo el lugar de la barbarie cultural Argentina, entonces hallar el libro de poesía firmado por ese mismo autor, representa el fin de la palabra (poética), o el lugar donde la maldad y la ignorancia coincidían.

Como buen detective literario, salí en la búsqueda de la poesía de De La Serna. No figuraba en catálogos de Internet, recorrí librerías de viejo, consulté en bibliotecas de La Plata, hasta que di con un único ejemplar  de “Poesía y Meditación”, Ediciones Almafuerte (1996). La tapa lleva una imagen de la bóveda de la catedral platense, por lo que ya se aprecia un tono cruzado y en la solapa la siguiente  caracterización: “… crítico preocupado por las ideas disolventes en que se ha encarnado la sociedad…”. La serie de versos son una lírica confesional trillada, halito meditabundo de burócrata jubilado que se paga una edición para despuntar culpas y rendir cuentas con los fantasmas que lo persiguen y ante los que se justifica. Basten este puñado de palabras que reflejan al resto: “¿Quién conociera el peso de la historia / y su incidencia en el vivir futuro? / con su irrumpir en varias direcciones / con tanto polvo sedimentando el alma, /con tanta pena crucificando al hombre /en inseguridad sin concesiones / ¡quien pudiera desentrañar la suerte del angustiado permanentemente! / un profundo arcano señorea el mundo / y el torrente de tiempo, vida y muerte / en medio de nuestro acaecer fecundo / se repite absurdo, obstinadamente… /escribir y borrar acto seguido / en el cuaderno de sufrir y el llanto /sin reparar en el que sufre tanto…”.

Alguna vez me detuve en la poesía del latinista Carlos A. Disandro, o me obsesiona dar algún día con el inhallable libro de poesía firmado por Eduardo E. Massera, en su juventud. El libro de poemas del ex juez De la Serna forma parte de estas inquietudes, y la paradoja consistía en rescatar del olvido, el libro de un quemador de libros. Quién quemaría estos libros, aun cuando estén manchados de sangre o lejos estén de la Poesía con mayúsculas. Cuando mi abuelo me contó la anécdota de su frustración ante el juez De la Serna, entonces yo decidí ser abogado, pero también elegí la Poesía.

lunes, 19 de agosto de 2013

Paul Bowles, El Cielo Protector y los límites del imaginario colonial (por Julián Axat)



"En el otro extremo del espectro ideológico están quienes consideran
que toda descripción objetiva de la situación en los países
subdesarrollados es propaganda imperialista.
Como he recibido ataques de los dos bandos,
se que escribir sobre estos países es un tema delicado.”
Paul Bowles. Cabezas Verdes Manos Azules.

“¿Cómo, mediante qué artificio sería posible relatar nuestro viaje a Oriente?
No lo sé. El primer intento hecho en las mejores condiciones del mundo
 siempre se pierde en lo vago e incomprensible.”
Herman Hesse. Viaje a Oriente.


I.-Introducción:

 El Cielo Protector es una novela que nos muestra un pasaje, y a su vez una tensión constante entre el viejo y etnocentrista discurso literario colonial- enmarcado en el clásico relato de viajes del siglo XIX- y la novela de viajes que se reinicia a partir de la nueva generación de escritores de posguerra. La obra de Paul Bowles tratará de reconciliar ese espacio del norte Africano a partir de otras voces, en especial, la de aquellos viajeros expatriados (1) tras la búsqueda de un reencuentro, que no podrá alcanzarse plenamente sin un verdadero reencuentro de cada una de sus palabras con ese lugar (2)

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