miércoles, 23 de mayo de 2012

Nota sobre la enseñanza de poesía en Institutos de Menores de la Provincia de BA












Por Julián Axat

1) Imponte la tarea de escribir un poema diario dentro de la celda. 2) Llena de palabras el sentimiento y escríbelo pensando que lo haces contra el engome que te inmoviliza. 3) Llena de intensidad las palabras como si fuesen fierros que disparan a dónde apuntes. 4) Los poemas deben tener el olor de tu mundo y deben respirar más allá de la celda y de las paredes que te contienen. 5) Es necesario escribir la angustia de lo que padeces. 6) Escribe pensando en la cara de los “gatos”. 7) Piensa, por ejemplo, en la cara del Sr. Gobernador y sus secuaces que te mantienen engomado. 8) No grites, no insultes, trata de que las palabras sean menos desafiantes, piensa en un hip-hop, en un rap, en una cumbia chorra sin estar jalado o zarpado. 9) Desprecia la imagen a la que te enfrentas, pero no el lenguaje que utilizas, el que debe encontrar una música en tu interior, sin llegar a los insultos. 10) Pídele explicaciones a la imagen. 11) Eres todo lo que supones y aun eres mucho más, piensa en la audacia y no en la locura que te trajo a la celda. 12) Di la primera palabra y vomita lo que traes adentro, aquello que no le dijiste al abogado o al juez, escríbelo y trata de que lo que digas o escribas supere la reja que tienes adelante. 13) la reja es la excusa, la reja no existe, es momentánea, atraviésala con las palabras. 14) Tu condición, tu edad, tu circunstancia no es una disculpa para nada, es una forma de lucha contra la situación injusta en la que estás. 15) Los “maestros” que están del otro lado de la reja, no son “maestros”, son carceleros a los que les debes exigir papel y tinta para escribir, papel a toda hora. Exige papel a los carceleros como si exigieras que te dejen respirar. 16) Escríbele cartas a todos: al Sr. Gobernador, a tu abogado, al juez, al carcelero, al almacenero de tu barrio, a Marcelo Tinelli, a la Presidenta, a la radio, al diario, a tu novia, a tus viejos, a tus hijos. 17) Alguna de estas cartas llegará -tarde o temprano- a su destinatario, te sorprenderás. 18) Trata de juntarte con los otros engomados como vos y escríbeles cartas, pásales las cartas entre los barrotes, cuéntales en qué estas pensando, a quién le escribes, qué te trajo hasta acá, y que vas a hacer de tu vida cuando salgas. 19) Júntate con engomados que escriben como vos dentro del Instituto y exígele al director que edite una revista de poesía, seguro que él, por puro progresismo hacia afuera, te apoyará. 20) Ten el coraje de irte a la mierda y ten el valor de regresar. Pero trata de que en ese viaje interno no se repita el recorrido que te trajo al engome. 21) Eres indispensable como el aire para que el sistema funcione, sin tu engome no comería el carcelero, el director, el maestro, el abogado que te defiende, el juez que te encierra, el gobernador que quiere ser presidente, la tele que te filma y te menciona, la gente que se aburre y te tiene miedo, el poli que te persigue, los profesores de la facultad que discuten, el poeta que te refiere; las empresas de alarma y seguridad, y hasta “los derechos humanos” que pasan de visita. 22) Presta atención al maestro de escuela que te visita a diario, sigue sus consejos, pero recuerda que la prolijidad del cuaderno no es lo importante, lo importante es conocer el alfabeto y articularlo con tus ideas más allá de la reja. 23) Multiplica en el engome, lo que el maestro te enseña en el aula. 24) Escribe sobre todos los personajes que viven de tu engome, es una manera de borrarlos de tu mente y entenderlos en sus distintas lógicas o formas de dirigirte hacia ti. 25) No habrá “gatos” hasta que no te enfrentes con ellos. Repasa escribiendo todos los días de tu engome, en un diario de vida o de encierro, un diario de confesión fantástico y real a la vez, alucinado. 26) Evádete de tu nombre, inventa uno nuevo. Piensa en el nuevo nombre que tendrás cuando salgas en libertad. 27) Nunca abandones la escritura cuando salgas. 28) Busca a alguien que publique tu diario y regálale tu experiencia a los amigos, y a tus futuros hijos. 29) Júntate con aquellos que no viven en el engome diario, y trata de sacar a aquellos que todavía viven en él. 30) Tira a la basura estos consejos, por estar cargados de romántica. 


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