En el variopinto panorama de las antologías poéticas publicadas en 2010, cabe observar señaladamente la intención de legitimar un canon basado más en exclusiones que en inclusiones, restringiendo la visión del fenómeno poético local a un conjunto de autores poseedores de méritos propios, pero además aprobados por el establishment cultural, como si ellos fueran los únicos representantes posibles del conjunto.
La intención no es inocente en absoluto y puede ser leída como un procedimiento mediático, más propio de la TV que de la crítica literaria. La ocasión tampoco es una casualidad: el año del Bicentenario fue entendido como el momento más adecuado para el lanzamiento de estos productos comerciales, por la carga institucional que suma a los hechos y el correspondiente apoyo que los medios darían a las publicaciones.
Como reverso, aparece a fines del Bicentenario este trabajo tan distinto, editado por Libros de la Talita Dorada, un pequeño y valeroso sello de La Plata, Provincia de Buenos Aires, que dirige el poeta José María Pallaoro, donde se destaca la calidad de los trabajos compilados, y la variedad de corrientes y poéticas presentes. Se trata de autores jóvenes y algunos de ellos muy jóvenes, pero ya propietarios de un decir propio, dotado de características singulares y bien reconocibles. La intención que se lee en la obra no es la de legitimar a ultranza, sino la de mostrar, exponer, básicamente informar al lector respecto de lo que está sucediendo, aquí y ahora, entre las nuevas promociones del género.
Lejos de las cristalizaciones pretendidas por el canon, la propuesta de “Si Hamlet duda le daremos muerte” es hacer público el movimiento vivo y dinámico de la nueva poesía argentina, exhibir sus contradicciones, conquistas y retrocesos, sus rechazos tácitos y sus coincidencias formales y de sentido.
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